miércoles, 21 de noviembre de 2012

las mejillas empapadas de recuerdos líquidos

Lo más dificil fue verte marchar.
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No quería soltarte, ambos necesitábamos seguir ahí, en nuestro sitio de siempre sin despegarnos ni un centímetro, compartiendo lágrimas. Yo intentando que te quedaras a mi lado, tú explicándome que realmente no podías. Te entiendo, lo peor es que te entiendo pero me niego a aceptar que no pueda ser, eres perfecto para mi, lo que llevo necesitando desde hace tiempo, tú, no otro que tenga mas tiempo, tú, no alguien que me trate de un modo diferente, me gusta tu forma de besarme, no quiero otra. Te lo he dicho. Sentí tal impotencia que pensé que el nudo de mi estómago iba a poder con la fuerza de todo mi cuerpo, que iba a caer en cuanto te fueras.... y así fue, me quedé hecha un ovillo en plena gran vía tras una fila de motos que me separaban una vez más del mundo real. Parlizada. Viéndote marchar e incluso después seguí ahí, no se por cuanto tiempo.
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Que duro es saber que el sentimiento es mutuo.

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