domingo, 5 de enero de 2014

6 de enero de madrugada


Me gusta la noche, tranquila, en casa. Si no fuera porque mañana tengo que despertar creo que jamás me acostaría. Fuera de esta habitación la luz parece extinta, no trata de penetrar en mi salón. Las persianas bajadas solo me separan de la oscuridad y como todas duermen no hay energía en el interior de las bombillas del pasillo. Por eso me siento aislada. Como si solo existiera esto: unos cuantos muebles de madera, plantas, muchas plantas, un cuadernillo de sudokus abierto, juegos de mesa, el cojín de mi perra (pero no el animal), un tendedero, dos sillones, unas cuantas mantas, pelis, fotos, discos, TV, cascos, móvil, ordenador y yo. Y estoy tranquila.

Desde que era una bebota (=bebé grandota) siempre he intentado resistirme al sueño. Dice mi madre que ponía una cara de tremendo esfuerzo cuando intentaba que estos dos párpados no se cerraran definitivamente (los muy cabrones pesan más cada minuto) .

Han pasado casi 17 años y aquí estoy hoy, otra de esas noches, otra de esas “yo”. Tras ver dos pelis y un cuarto, en el orden: peli-cuarto-peli; sigo sin querer dormir. La cosa es que yo tardo mucho en despertarme y me gusta pensar que es en estos momentos, a altas horas de la noche, cuando mi mente ha conseguido por fin deshacerse del aletargamiento que queda en mi tras despertar, por la mañana, yo no duermo siesta. Y esta noche ha surgido en mi otra teoría: los Reyes Magos no son los padres, en realidad existen. Yo los escuché de pequeña una noche y mi madre estaba durmiendo justo a mi lado, JÁ! Pero vivimos en una sociedad en la que la ilusión es una amenaza para los “importantes”, nos da poder y fuerza así que nos han enseñado a no creer. Lo más probable es que no haya tres hombrecillos en camello que lleguen a mi casa, se tomen unas galleticas y a cambio de ser buena me den regalos, pero, y lo bonito que suena? Acaso no nos hacía un poco más felices despertar ansiosos la mañana siguiente? En mi caso lo importante no solo eran los regalos, sino la historia que en mi cabeza giraba alrededor de ellos, la magia.
Según mi opinión siempre es buena una chispita de magia en nuestras vidas, que nos haga querer ser mejores y cree en nuestro interior un permanente indicio de  esperanza. Por eso, para dejar que esta madrugada de un lunes 6 de enero la magia realice su jugada diré…
…buenas noches trasnochadores