jueves, 29 de agosto de 2013

tú y tus tantas cervezas a la 1:00 AM

Como en toda historia que se precie tú llegaste a mi de noche, con 9 cervezas de más y perdiendo suspiros por teléfono; rompiendo mi calma al provocar una carcajada clara, limpia, en este lado del aparato con un cómico "hola". Conseguiste hacerme caer sobre la cama, sin empujón ni contacto, estaba lista para ti.
No me aseguraré de que todo vaya bien tras tu llegada, quiero improvisar contigo, descubrirme buscando tu boca cuando me lo pida el cuerpo (no solamente en los momentos "oportunos"). Hablando contigo me he propuesto dejar al mundo que nos guíe haciéndonos pasar por cada puerto del mar que pretendo crear con estas sábanas sobre las que ahora estoy tendida, como si el destino decide llevarnos a las profundidades que se esconderán tras este oscuro oleaje, en él solo tus ojos y tus casi ahogados versos me servirán de guía. Ahora mismo al otro lado del teléfono me cuentas tu trayecto de ese modo, con exhalaciones de más que, ejerciendo un poco de adivina, me atreveré a apostar tienen que ver con tus ganas de mi.
Acompaño tus pasos por Sevilla a cientos de kilómetros de ti, y admítelo, soy una grata compañera que sin encontrarle explicación al cómo ni al por qué, camina pegada a tu oreja desde el rincón derecho de su amplia habitación madrileña.
P: Oye
M: Dime
P: Un beso :)
M: Buenas noches :)
No,
me equivoqué...
no es cuestión de culpa, es lo que tiene estar vivo.