lunes, 9 de junio de 2014

Contaminación lumínica.

Las noches en Madrid son de color rosa opaco. Yo observo el trozo de cielo que asoma por mi ventana, parece encerrado, cercado por el rectángulo que forma el patio interno de mi edificio. No hay ventana por encima de la mía, pero los muros siempre son algo más altos...
Siempre que miro empiezo pensando que es prisionero, siempre que miro llega ese momento en el que me digo "pero qué gilipollas..." es a mi a la que las paredes no le permiten volar.
El cielo de mi ventana, en la noche, es de color rosa opaco; pero si avanzas algunos kilómetros, hacia cualquier dirección, siempre encuentras las estrellas.